Qué juguetona es la lengua
Que se le antoja que la palabra «acentos»
sea átona.
Y que «agudas» sea llana.
Que decide,
porque sí,
que el vocablo «minúscula»
tenga dos veces más sílabas que «grande».
Que exige si-len-cio,
¡entre exclamación y exclamación!
Que hace enmudecer a la hache
de un chasquido.
Que se atreve a escribir el olor,
a definir el sonido…
Y qué juguetona es tu lengua
cuando, pícara y zalamera,
saborea el huir de la mía.
Y me encuentra.
Y me enciende.
Y luego hace ver que se esconde.
Pero, antes, me susurra dónde.
Y, así, dos lenguas
se contonean.
Y juegan en una cueva.
Danzando
hasta quedar fundidas.
Entrelazadas
en saliva.
*Diario de un lingüista (desvaríos nocturnos). Primera entrega.
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4 comentarios el “Qué juguetona es la lengua”
MICROESPASMOS LITERARIOS 
La noche siempre ha sido la mejor compañera de mis desvaríos y, por lo que leo, también de los tuyos. La primera parte me ha sacado la sonrisa y la segunda…ha jugado con mis más bonitos recuerdos.
Me ha encantado este micro, muy bueno.
Un beso.
Manon, de noche, gracias por volver.
Y qué bonito lo que dices… Despertar recuerdos es mucho más de lo que podía esperar. Ahora el micro también es tuyo. Cuídamelo 🙂
Beso nocturno.
Me ha encantado la forma que has tenido de bien separar la lengua y la palabra con la lengua y la vida. Al empezar a leer me ha salido una sonrisa y ya sabes que gasto más bien pocas, pero, caray!! luego se convierte tu microespasmo en un monumento literario, en una concentración de vida con unas suaves palabras bien entrelazadas.
La qué nos espera si sigues escribiendo así….
Un beso
¡Uooou! ¿Y ahora qué te digo?
GRACIAS, para empezar.
Pero el mérito se lo debo a la lengua, al lenguaje, que nos regala infinidad de opciones con las que jugar e intentar provocar conexiones, reacciones y emociones de lo más inesperadas.
Sigo y seguiré escribiendo, no sé si así o de cualquier otra manera. Eso ya depende de los microespasmos…
Y monumento, el que te voy a poner por tus palabras y tus lecturas.
Gracias de corazón.